martes, 11 de diciembre de 2012

De "Jobless" a "Latin Worker"

Dicen que "las desgracias nunca vienen solas", un dicho que viene al pelo en la última entrada. Hoy quiero contaros algo bastante más alegre. Supongo que después de pasarlas putas durante la última semana me tocaba algo bueno ahora.

Como ya habéis leído en varias ocasiones, tenía una fecha de caducidad en Angers que, por unos u otros motivos iba aplazando. Me quedaba algo menos de un mes para cumplir la fecha definitiva cuando los astros se alinearon, esta vez, por mi bien.

Adrián, del que ya os he hablado en otras entradas, es un chico de dos hermanas que vino a vivir a Angers a los 6 años con su familia. Trabajaba en el Rincón Latino, un restaurante de comida latina, situado en el centro de Angers.

Allí Norma, la jefa,ya tenía mi CV de uno de mis primeros días allí. Todo sucedió de la siguiente manera:

Adrián publicó en su estado de facebook que se iba a Inglaterra a probar suerte y a aprender inglés. Yo le pregunté que si dejaba un puesto libre en su trabajo y el me respondió queme pasase por el restaurante al dia siguiente a hablar con Norma.
Así hice y el sábado a las 7 de la tarde estaba como un clavo en la puerta del restaurante. Estuve un rato hablando con ella y el resultado de la conversación fué un poco decepcionante. Me dijo que de momento no iba a contratar a nadie y que trataría de tirar con el personal que tenía, pero para navidades seguro iba a tener algo de trabajo, así que me pidió una vez más mi número de teléfono, lo anotó en una hoja de su libreta y me dijo que me llamaría...

Me fui un poco decepcionado, porqué pensé que iba a tener suerte, sobretodo después de lo que había pasado la semana anterior con la cocina o el intento de atraco. Me fuí a la residencia de Bea caminando cabizbajo y como un espíritu errante, hasta que llegué. Había que parecer fuerte, al fin y al cabo se que a Bea le afectan mis estados anímicos.
Cenamos juntos en su cocina y nos fuimos a dormir más o menos temprano, aquella noche no salimos.
Así aparecía yo mismo durante las pesadillas que tuve durante un tiempo.
Despertamos al día siguiente y mientras desayunábamos recibí una llamada. Era Norma. Cuándo digo que los astros se alinearon en mi favor, no me falta razón. Algo había hecho cambiar de idea a Norma durante la noche. Quizá se vio desbordada aquel sábado trabajando después de que yo me fuera o me vio desesperado por encontrar un trabajo. El caso es que me llamó aquella soleada mañana de domingo y me dijo que me iba a hacer una prueba, que fuese al pole d'emploi (el paro de Francia) y me inscribiese para que me aseguraran durante mi prueba.

Llamé a Irene, de la que os hablé tambien en otra entrada y me acompañó al Pole Emploi (a partir de ahora PE) ya que para este tipo de cosas aún necesito un traductor, no podía arriesgarme a no entender algo.
Ya había hablado con Irene y estaba un poco asustado porqué me dijo que aquí primero tienes que dar tus datos y después te dan una cita para inscribirte como 10 días después. Pero "chapeau" para el personal de la administración pública francesa, por lo menos, de mi oficina. Me ayudaron en todo lo que pudieron, me inscribieron como demandante de empleo saltándose todo el protocolo e incluso llamaron a mi jefa para ver cuando quería hacerme la prueba y así asegurarme.

En principio mi prueba empezaba el lunes 24 de Octubre, pero aquella misma tarde cuando fui al restaurante a firmar unas cosillas, Norma me pregunto sí podía ir al día siguiente a empezar mi prueba.

A las 11 me presenté en el restaurante aquel martes. La cosa parecía tranquila, yo estaba muy nervioso, mi principal problema era cómo me iba a entender con los clientes, pero bueno, había que echarle narices y un poco de morro. 
El servicio empezó tranquilo, pero en un momento dado empezó a llenarse el restaurante. Pudimos hacer en una hora al rededor de 30 cubiertos, qué con un camarero solo, no está nada mal. Cuándo terminamos el servicio, me dio las gracias efusivamente varias veces y me dejó ver que me acabaría contratando...

La verdad es que recuerdo ese día cómo un día especial, empecé a verlo todo más claro y hasta ahora mismo sigo allí trabajando, aunque pocas horas, suficiente cómo para que no me falte un plato de comida en la mesa.

Del fin del mundo no tuve noticias mientras conseguía el trabajo, de hecho se acerca la fecha (21 diciembre) estará ultimando algunos detalles, dejando todo cerrado y quien sabe, a lo mejor cogió hora en el peluquero, que no es plan de que seas el protagonista del apocalipsis y te pillen "desaliñao".

Y si llega el fin del mundo, ¡que me pille trabajando!

FELIZ FIN DEL MUNDO.

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