martes, 26 de noviembre de 2013

Once meses después

26 de Noviembre de 2013

Hace casi once meses que no escribo, once meses en los que no he querido escribir por no hacerlo despechado ante el plantón que me dio el "Fin del Mundo"

Aquella gran estafa me dejó tocado. Ha sido un periodo de transición en el que han chocado sentimientos encontrados. Momentos de gran alegría, de decepción, reencuentros y aparición de nuevas personas son los ingredientes que han macerado en la barrica once meses y es el momento de volver a embotellar ese jugo de experiencias al que llamo vida.

De mi etapa en la ciudad de Angers me quedo con muchos recuerdos y con personas excepcionales, además de haber vivido situaciones que me han hecho madurar y evolucionar como persona.

Respecto al blog, no se por donde voy a tirar, iré mezclando mis aventuras de este  periodo de sequía  con las que vayan llegando, que estoy seguro que serán unas cuantas. Además trataré de ir dando consejos para sobrevivir al fin del mundo, no vaya a ser que vuelva a llegar y nos pille despeinados.





lunes, 31 de diciembre de 2012

La GRAN estafa

Creo que nos han estafado con aquello de el fin del mundo y nos han dejado el producto residual de siempre: el fin de año.

Por que si bien es cierto que la gente se viste con sus mejores galas (como adevertí aquí) nos han quitado todo el glamour de un FIN DEL MUNDO, así a lo loco y con Mayúsculas.

Porqué, seamos sinceros, ¿alguno de vosotros no se ha sentido estafado bajo la premisa "a follar, a follar que el mundo se va a acabar?" ¡ala! todos follando como locos y después nada, engañados todos.
Aún puedo ver al cosmos descojonándose de todos nosotros por los billones de espermatozoides desperdiciados por una cruel estafa... ¿o no es ese vuestro sentir?

Si es que ya estaba todo preparado:



6:30 Txupinazo y Pregón de fiestas
7:00 Lluvia de meteoritos
8:30 Llegada del primer tsunami
10:30 Flashmob baile de ovnis: Gangnam Style
11:36 Comienzo de la destrucción
12:00 Demonio embolao
14:00 Almuerzo, cocido madrileño completo
15:00 Super calentamiento global
17:00 Concierto con Pablo Alboran
18:00 Revelación de los alienígenas residentes en la tierra
20:00 Partido futbol: amigos de Messi vs amigos de Alf
21:00 Gran chorizada popular
23:30 Brindis y fuegos artificiales
00:00 Fin del fin del mundo

A ver si alguno es capaz de decirme que tenía un plan mejor...

Bromas a parte llega un nuevo año; mucha gente tiene ya sus propósitos de año nuevo preparados, algunos los cumplirán 3 días, otros irán aplazando semana a semana, lunes tras lunes el comienzo de esos propósitos; otros lograrán alcanzarlos, gente constante sin duda, que lucha cada día por vivir una realidad diferente o simplemente que buscan mejorar algún defectillo.

Pero si eres capaz de no dejar las cosas a medias quiero darte un consejo: Piensa en grande, solo así serás capaz de lograr tu opera prima, alcanzar esa obra de la que te sentirás orgulloso durante toda tu vida, da igual el ámbito (vida personal o profesional), todo el mundo tiene derecho a su obra maestra.

Otro consejo, no seáis como el fin del mundo: Si empezáis algo, terminadlo y ¡no me dejéis a nadie a medias, por favor! Y menos, esta noche...

FELIZ AÑO NUEVO A TODOS.





martes, 11 de diciembre de 2012

De "Jobless" a "Latin Worker"

Dicen que "las desgracias nunca vienen solas", un dicho que viene al pelo en la última entrada. Hoy quiero contaros algo bastante más alegre. Supongo que después de pasarlas putas durante la última semana me tocaba algo bueno ahora.

Como ya habéis leído en varias ocasiones, tenía una fecha de caducidad en Angers que, por unos u otros motivos iba aplazando. Me quedaba algo menos de un mes para cumplir la fecha definitiva cuando los astros se alinearon, esta vez, por mi bien.

Adrián, del que ya os he hablado en otras entradas, es un chico de dos hermanas que vino a vivir a Angers a los 6 años con su familia. Trabajaba en el Rincón Latino, un restaurante de comida latina, situado en el centro de Angers.

Allí Norma, la jefa,ya tenía mi CV de uno de mis primeros días allí. Todo sucedió de la siguiente manera:

Adrián publicó en su estado de facebook que se iba a Inglaterra a probar suerte y a aprender inglés. Yo le pregunté que si dejaba un puesto libre en su trabajo y el me respondió queme pasase por el restaurante al dia siguiente a hablar con Norma.
Así hice y el sábado a las 7 de la tarde estaba como un clavo en la puerta del restaurante. Estuve un rato hablando con ella y el resultado de la conversación fué un poco decepcionante. Me dijo que de momento no iba a contratar a nadie y que trataría de tirar con el personal que tenía, pero para navidades seguro iba a tener algo de trabajo, así que me pidió una vez más mi número de teléfono, lo anotó en una hoja de su libreta y me dijo que me llamaría...

Me fui un poco decepcionado, porqué pensé que iba a tener suerte, sobretodo después de lo que había pasado la semana anterior con la cocina o el intento de atraco. Me fuí a la residencia de Bea caminando cabizbajo y como un espíritu errante, hasta que llegué. Había que parecer fuerte, al fin y al cabo se que a Bea le afectan mis estados anímicos.
Cenamos juntos en su cocina y nos fuimos a dormir más o menos temprano, aquella noche no salimos.
Así aparecía yo mismo durante las pesadillas que tuve durante un tiempo.
Despertamos al día siguiente y mientras desayunábamos recibí una llamada. Era Norma. Cuándo digo que los astros se alinearon en mi favor, no me falta razón. Algo había hecho cambiar de idea a Norma durante la noche. Quizá se vio desbordada aquel sábado trabajando después de que yo me fuera o me vio desesperado por encontrar un trabajo. El caso es que me llamó aquella soleada mañana de domingo y me dijo que me iba a hacer una prueba, que fuese al pole d'emploi (el paro de Francia) y me inscribiese para que me aseguraran durante mi prueba.

Llamé a Irene, de la que os hablé tambien en otra entrada y me acompañó al Pole Emploi (a partir de ahora PE) ya que para este tipo de cosas aún necesito un traductor, no podía arriesgarme a no entender algo.
Ya había hablado con Irene y estaba un poco asustado porqué me dijo que aquí primero tienes que dar tus datos y después te dan una cita para inscribirte como 10 días después. Pero "chapeau" para el personal de la administración pública francesa, por lo menos, de mi oficina. Me ayudaron en todo lo que pudieron, me inscribieron como demandante de empleo saltándose todo el protocolo e incluso llamaron a mi jefa para ver cuando quería hacerme la prueba y así asegurarme.

En principio mi prueba empezaba el lunes 24 de Octubre, pero aquella misma tarde cuando fui al restaurante a firmar unas cosillas, Norma me pregunto sí podía ir al día siguiente a empezar mi prueba.

A las 11 me presenté en el restaurante aquel martes. La cosa parecía tranquila, yo estaba muy nervioso, mi principal problema era cómo me iba a entender con los clientes, pero bueno, había que echarle narices y un poco de morro. 
El servicio empezó tranquilo, pero en un momento dado empezó a llenarse el restaurante. Pudimos hacer en una hora al rededor de 30 cubiertos, qué con un camarero solo, no está nada mal. Cuándo terminamos el servicio, me dio las gracias efusivamente varias veces y me dejó ver que me acabaría contratando...

La verdad es que recuerdo ese día cómo un día especial, empecé a verlo todo más claro y hasta ahora mismo sigo allí trabajando, aunque pocas horas, suficiente cómo para que no me falte un plato de comida en la mesa.

Del fin del mundo no tuve noticias mientras conseguía el trabajo, de hecho se acerca la fecha (21 diciembre) estará ultimando algunos detalles, dejando todo cerrado y quien sabe, a lo mejor cogió hora en el peluquero, que no es plan de que seas el protagonista del apocalipsis y te pillen "desaliñao".

Y si llega el fin del mundo, ¡que me pille trabajando!

FELIZ FIN DEL MUNDO.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Un niño llamado cosmos

Hacía ya un tiempo que el fin del mundo no me daba ningún aviso de que estaba ahí, no se sentía importante en mi vida y empezó a hacer de las suyas...

Voy a contaros un par de historias que me han pasado aquí y en las que mi vida se ha puesto en peligro, quizá no ha sido el fin del mundo, pero si que podía haber sido de mi mundo (ahora me río, aquellos dos días, no tanto).

Llevábamos unos días ya en nuestro hogar, tranquilamente asentados, en nuestros colchones en el suelo, comiendo de pie. Estaba todo muy tranquilo. Pero ya sabéis que la calma precede a la tempestad, y como no podía ser de otra manera el cosmos me jugó un par de malas pasadas.
La primera de ellas ocurrió un lunes. Siempre lo recordaré.

Manu y Juan y Elena habían salido hacía poco para comer en el McDonalds y después ir a la universidad. Yo estaba en casa tranquilo, no me imaginaba lo que unos minutos más tarde me deparaba el destino. Me levanté del sofá después de consultar varias redes sociales, periódicos deportivos y ,debo decirlo, el comunio. Me entró hambre y no me apetecía mucho cocinar, así que saqué una bolsa de patatas fritas del congelador y la dejé sobre la encimera. Encendí ese fuego eléctrico tan típico de este pueblo y puse una olla con algo de aceite a calentar mientras fregaba los platos. No salía humo de la olla, así que para saber sí estaba el aceite caliente, decidí tirar una patata congelada.
De repente todo mi universo empezó a venirse abajo. Empezaron a saltar chispas de la olla una cayó sobre el "fuego" y prendió... ahora tenía una olla y ese "fuego" eléctrico ardiendo. Cerré la fuente de calor, puse a cero la ruedecita apresuradamente pero aquello no iba a ser suficiente, de repente y sin saber cómo hubo una pequeña explosión, el fuego no salió hacia arriba, sino que vino hacia mí cómo si el destino me estuviese haciendo una cruel jugarreta. Me cubrí como pude, asustado, me dí la vuelta a ver en que había quedado la "explosión." El papel de pared de la cocina estaba completamente negro (solo a los franceses se les ocurre poner papel de pared en una cocina). La olla seguía ardiendo, así que me armé de valor, cogí un paño y lo humedecí en el lavabo, corrí otra vez a la cocina y lo tiré sobre la olla en llamas.
Dos segundos tardó el fuego en apagarse, levante el paño de la olla y... en qué momento. Al levantar el paño, una nube de humo negro como el tizón abarcaba todo el techo de la cocina abrí la ventana y con la corriente se cerró la puerta. Al abrir la puerta de la cocina, la nube de humo negra se dividió en dos nubes, de considerables dimensiones saliendo por la ventana de la cocina y por la ventana del salón, que estaba abierta, dejando un rastro negrizo allá por donde pasaba.
Fiel recreación con un especialista en un plató cerrado.
Pasado el peligro, tocaba hacer valoración de daños...

Miré al techo, cerré los ojos, los abrí y volví a mirar. La mancha seguía allí. Por un momento pensé que fue una pesadilla o como dicen los niños, sí no lo veo, NO EXISTE. Pero no. Con la voz aún temblorosa llamé a Manu y a Juan que iban camino de clase, para contarles lo sucedido. Al principio pensaban que les estaba gastando una broma, pero cuando vieron que no cesaba mi estado de shock, decidieron volver a casa a ver qué había pasado.
Veinte minutos esperé a que llegaran tratando de tranquilizar al perro, que se había escondido en la habitación de Manu y estaba el pobre asustado. Cuándo llegaron miraron atónitos el techo y pared de la cocina. Pasado el susto, yo ya me había puesto manos a la obra en las maniobras de limpieza, y ellos se sumaron un rato después, hasta que nos dimos por vencidos y no volvimos a perder tiempo en el techo de la cocina hasta día de hoy.

Así terminó la cocina y
arriesgué mis ojos durante las arduas tareas de limpieza.
Al día siguiente, Manu y Juan se dirigieron al seguro para tratar de solucionar el tema. Lo típico, pagaremos la franquicia de seguro y listo, pero ya si eso más adelante, no vaya a ser que alguno vuelva a quemar la cocina...


Ese mismo día y cómo todos los anteriores, yo había salido de casa en mi infructuosa búsqueda de trabajo. Pero ese día era distinto, había vencido a la muerte. Había mirado directamente a los ojos a la dama de negro y había vencido, pero aquel martes el cosmos, mi fin del mundo, o quien sea, se encargo de darme un toque de atención para que no se me olvide. Que si no me había pasado nada, fue cuestión de suerte y no de mi fortaleza ante las incandescentes llamaradas de aquella sartén.
Os cuento como fue:


Juan y Manu esa noche irían a ver el partido de España-Francia de fútbol. Yo no podía ir a verlo porqué cómo todos los martes desde que estoy aquí, tenía entrenamiento. Vivo a 1 km del campo de rugby, así que, como me veía muy fuerte, me fui haciendo footing a entrenar (digo footing y no corriendo, porque siempre hay graciosos). Metí en el bolsillo de mi sudadera las llaves de casa y el protector bucal, las botas de entrenar las llevaba una en cada mano. Llegué al entrenamiento con 10 minutos de antelación, Me dispuse a sacar las llaves del bolsillo para meterlas dentro de mis deportivas, qué segundos antes me había quitado para calzarme las botas de tacos. Mi preocupación fue creciendo cuando note que mis llaves no estaban dentro de la sudadera. Palpé el pantalón por sí hubiese metido las llaves en otro bolsillo, pero no. Tampoco estaba el bucal, eso era lo de menos, así que volví atrás en mis pasos para ver si podía encontrarlas. Regresé a casa por donde había venido mirando al suelo y rehíce el camino al campo de rugby otra vez y por el camino sólo encontré mi bucal. Revisé el césped del estadio y... nada. Me dí por vencido y me puse a entrenar. Cuando terminamos el entrenamiento, un compañero me llevó a casa en coche. En realidad no me interesaba porqué el partido de España había empezado a las 21:00, eran las 21:50 y estos no iban a llegar como mínimo hasta las 23h. Fuimos despacito, mirando por la ventana por si se veíamos mis llaves, pero tampoco las encontramos. Así que ahí estaba yo la segunda semana de Octubre, en pantalón corto y sudadera, con las botas en la mano esperando y pidiéndole a un "ser superior", por favor que a estos no les diese por salir de juerga esa noche y "sólo" tuviese que esperar unos 40 minutos.
Pero ahí fue cuando empecé a pensar en ese "ser superior", ese ente, "algo" que se había empeñado desde que se quemó la cocina en jugar conmigo. ¿Por qué digo esto? Porqué lo normal, es que hubiese esperado una hora a que llegasen y sino, me hubiese ido a la residencia de Bea. Pero no tuve que esperar tanto y a los 5 minutos Cosmos pensó que sería mucho más divertido que en mi situación empezase a llover. No era una lluvia muy fuerte, pero lo suficientemente fría como para hacerme cambiar de plan e ir directamente a la residencia de Bea a dormir. Empecé a correr hacia allí, hay unos 4 km. A mitad de camino, dejó de llover y seguí caminando.
 Por sino tenía bastante con todo lo que me había pasado, "Cosmos" aún tenía otra sorpresa para mí.
No me fije en el nombre de la calle, se que es el atajo que usaba cuándo aún no tenía bici para ir andando hasta Sant Serge. Es una secuencia de edificios antiguos y suelo empedrado. Tras cruzar el arco que daba acceso a este atajo un hombre se aproximaba en mi dirección y sin previo aviso, comenzó a gritar y sacó una navaja de su bolsillo, supongo que del bolsillo derecho ya que empuñaba aquel punzante objeto en su mano derecho. De los gritos, yo sólo entendí:


- "Bla bleblibla, ble blable blablebbliblobla blablebla"- debe significar algo así cómo dame tu cartera o te pincho en francés (dicen que los franceses son muy corteses, pero este no dijo ni s'il vous plaît, el muy sinvergüenza)". Obviamente, cartera encima, tampoco llevaba y no me apetecía quedarme a discutirlo con un señor con un cuchillo en la mano. Así que amagué que me abalanzaba sobre él y le hice un contrapie izquierda-derecha, para evadir el brazo del cuchillo y me intenté arrancar la carrera cómo un loco. El malo malísimo estiró el brazo izquierdo para agarrarme, me hizo un arañazo en la cabeza y comenzó a cargar el brazo derecho. Ahí, justo en ese momento fue cuando más me asusté. Algo reacciono en mí, llevaba las botas de rugby en las manos, cargué mi brazo izquierdo cómo pude, para no acercar mi estómago a su cuchillo, apunté directo a su nariz y no fallé. Se pudo escuchar un pequeño crujido, no me quedé a mirar, empecé a correr y mi cuerpo se vio poseído por el hijo del viento. Pasados unos 100 metros empecé a girar la cabeza para ver si había pasado el peligro. Vi que no estaba ni medio cerca y me giré para ver donde estaba aquel hombre. Pude ver que seguía sangrando, así que comencé a correr otra vez para llegar lo antes posible a la residencia. Algo menos de 5 minutos tardé en recorrer el último tramo hasta allí. Definitivamente llegué apurado, le conté a Bea la historia, me di una ducha para relajarme y no paso mucho tiempo hasta que me quedé dormido.


Guardo para mí todo lo que estuve pensando en la ducha, cómo habían pasado esos dos días. La cantidad de cosas extrañas, coincidencias que me hacían sentir cómo el títere de un niño llamado Cosmos.


Puede que a partir de ahora reciba más señales del fin del mundo, no en vano, pudo ser el fin de mi mundo...


lunes, 12 de noviembre de 2012

El trío homeless

Cómo lo prometido es deuda, hoy voy a contaros como va entrando Juan en la historia.

Juan, llegó a Angers 3 días antes que nosotros. Se quedaba en la residencia La Maine, donde viven Elena, Nadia, Belén, María, Vero y el Otro Dani, que no soy yo. Todos estudian en la Universidad Pablo Olavide de Sevilla y aquí en el ESSAIP.

Durante el fin de semana en el que aún no habíamos llegado Manu y yo, Juan recibía llamadas de JD para ir a ver algún piso (la idea era vivir los 4 juntos en una casa grande). Durante nuestro viaje, Manu y yo pensábamos que sería llegar a Angers y tener un piso en un par de días. Pero nada más lejos de la realidad...

Me desperté sobre las 9 de la mañana y me fui a ver a Manu, qué como recordareis había dormido en el coche. Llamamos a Juan que estaba durmiendo en la residencia y vino una hora más tarde. Mientras esperábamos a Juan, Manu y yo decidimos desayunar en un bar que hacía esquina. Echábamos de menos algo de la tierra y teníamos curiosidad por probar la gastronomía francesa. Un "Café Olé" y un "croissant" fue nuestro menú de desayuno, la mezcla no estaba del todo mal y cogimos las fuerzas necesarias para salir a la búsqueda de un piso.

Tomando el café francés con sonido español. El café olé (au lait)
Nos reunimos con Juan, Elena y Belén a eso de las 10 de la mañana y fuimos de inmobiliaria en inmobiliaria mandando los teléfonos a JD, para que llamase él porqué ninguno de nosotros hablaba francés...
Nos pusimos en contacto con Adrián y ese día no falló. No vino a ver el primer piso pero estuvo con nosotros desde el segundo piso, por lo que la comunicación con las personas que nos enseñaban las casas/pisos era mucho más fluida.
JD por su parte buscaba un sitio donde Manu se pudiese quedar con el perro. 

A lo largo del día, parada a repostar por McDonalds incluida, vimos como cuatro pisos y una casa. La casa nos encanto a todos. Por un momento nos imaginamos viviendo allí. Como todas las casas y apartamentos, estaba sin amueblar (aquí es lo típico), pero nos daba igual. Una casa señorial, dos plantas y una buhardilla. Enorme, las soirées iban a ser espectaculares. Estábamos enamorados de esa casa y durante unos días parecía que nos íbamos a quedar allí.

Después de ver esa casa, fuimos al centro con Adrián donde Manu había quedado con Irene. Vallisoletana de toda la vida, muy castiza ella, se convierte en otra persona importante de nuestra aventura. Vive en Angers con su novio Julien y JD se había puesto en contacto con ella para que se pudiesen quedar Manu y Jerry en su casa durante unos días mientras encontrábamos algo, con el fin de que Manu no durmiese en el coche otra vez. Los dejamos solos tomando algo para que se fuesen conociendo y Adrián me llevo al entrenamiento de rugby.

Rugby, algo de lo que aún no he hablado en esta historia. Parece mentira dada la importancia que tiene este deporte en mi vida, pero en ese momento había otras prioridades.
Tenía un poco de miedo, no hablaba nada de francés, no sabía como iba a encajar y que tipo de gente había allí. . No hubo apenas presentaciones antes del entrenamiento. El entrenador y yo nos comunicábamos con el poco inglés que él hablaba, pero enseguida encontró una solución, Miguel, un chico ecuatoriano, que obviamente habla español. Iba a ser mi compañero durante todo ese entrenamiento, pero realmente no hubiese hecho falta. Con el oval en las manos, me relajé y se esfumaron todas mis preocupaciones. Una sensación de relax, de comodidad, se apoderó de mi mente y de mi cuerpo. Dentro del campo, me sentía como en casa, y aunque las cosas distaban mucho a como eran en "the house of pain" (El cantizal, Las Rozas) y sólo oía blebleblublable bleblabli a todo el mundo, la sensación era de que conocía a esta gente desde hacía tiempo. Empiezo a confirmar, que la gente de rugby da igual de donde seamos, somos todos muy parecidos...

Después de entrenar, me llevó a la residencia el capitán del equipo, en el coche, todo un poco tenso, el no hablaba inglés, y yo no hablaba francés, pero muy amable, tuvo la paciencia suficiente para entenderme en mí francés ininteligible y llegué bien a casa. Esa noche dormí como un bebé, se me habían olvidado todas las preocupaciones.

Las siguientes semanas iban a ser difíciles. Las cosas se ponían mal, dejé a Juan y Manu solos buscando piso. Yo tenía que encontrar un trabajo para quedarme, así que me dediqué a ello durante dos semanas. Ellos buscando piso, pero siempre había pegas para encontrar algo. Papeles, avales, eran los principales impedimentos.
Después estas dos semanas que os he dicho, las cosas no estaban muy bien. Yo me había puesto ya fecha de vuelta, tenía una semana más para encontrar un trabajo, me estaba quedando sin dinero y la situación era casi insostenible. 
Al no encontrar pisos grandes ya, Manu empezó a buscar pisos de dos habitaciones para él y su hermano (Os recuerdo que JD iba a venir a Angers) y Juan empezó a buscar algo para él.

No recuerdo muy bien cómo fue exactamente. Manu me dijo que había encontrado algo, que firmaba el Lunes y que me podría quedar con el mientras llega su hermano y mientras encontraba un trabajo, que no me preocupase. Así que aplacé mi fecha de regreso.
Llego el Lunes, Manu firmó ya tenía su propio hogar. Un sólo problema: Estuvimos 3 días mientras ponían la luz. No tuvimos electricidad hasta el jueves. Yo me instalé el Martes y Juan el Miércoles, creo. 
No teníamos, muchas comodidades. Una mesa y un sofá cama eran nuestros muebles (la cocina estaba equipada, ya era algo). Manu duerme en una habitación con su colchón de camping, yo duermo en otra habitación con un colchón también de camping que nos ha dejado Julien, el novio de Irene y Juan duerme en el sofá cama en el salón. Actualmente seguimos en esa disposición, hemos añadido 4 sillas a nuestro mobiliario pero eso, ya es otra historia.

Más o menos esta es la historia de como nos juntamos los tres, estuvimos 3 semanas adoptados por otras personas, sin tener nuestro propio rincón, como decíamos: "un sitio donde caernos muertos". Pero por fin, el trío homeless, era más trío y menos homeless.

Del fin del mundo no me preocupe mucho durante esas 3 semanas... cuestión de prioridades.


lunes, 5 de noviembre de 2012

A la France 2.0

 Hace unos días os contaba un poco cómo fue el trayecto desde Madrid hasta el percance del bocadillo. Desde ahí poca historia hasta Irún.

En la última ciudad de nuestro querido país de pandereta, pero al fin y al cabo, nuestro, paramos a repostar y a comprar unas cosas para una persona (Adrián) que aún no conocíamos y que va a ser importante en esta historia.
Voy a tratar de introduciros lo mejor que pueda a este nuevo personaje de mi película. JD, el hermano de Manu, había hablado con Adrián para que Manu pudiese quedar en su casa con Jerry, el perro, durante unos días, mientras encontraba una piso. Yo, me iba a quedar con Bea, en su residencia mientras Manu encontraba un piso, luego me quedaría con él y con Juan (del que os hablaré más adelante).
JD nos llamó durante la semana para que hiciésemos un favor y le llevásemos a Adrián quicos, palomitas de microondas con mantequilla y cerveza Cruzcampo. (nos equivocamos y compramos San Miguel, que donde va triunfa y no podíamos fallar.)
Paramos en el Alcampo de Irún. Ongi Etorri se podía leer tras cruzar la entrada, me iba haciendo una idea de que a partir de ahora iba a tener que hacer un esfuerzo por comprender todo lo que me rodea. Iba a tener que zambullirme en una nueva lengua prácticamente a ciegas. Sabía que sería difícil la cosa. No me iba a Angers de vacaciones, tenía una fecha de caducidad, estaba a expensas de encontrar un trabajo para poder quedarme. Para ello obviamente necesitaba hablar francés, cosa que no hacía, pero para aprender francés necesitaba tiempo y para tener tiempo necesitaba un trabajo. Así sucesivamente, entrando en un bucle que parecía no tener fin.
Contradicción en Alcampo. En la parte de arriba "Ongi Etorri" (Bienvenido), abajo prohibido pasar.

- Doce euros con sesenta y dos céntimos.- dijo la cajera sacándome de mí reflexión. Metí las palomitas y los quicos en una bolsa mientras cogía con la otra mano el pack de 6 litronas de San Miguel. Salí del supermercado y allí encontré a Manu con Jerry dando un paseo por el aparcamiento aprovechando la parada. Subimos al coche y continuamos la marcha hacia tierras galas.

Una de las cosas que más nos llamó la atención además de decepcionarnos es que la frontera se ha convertido en un peaje cutre con 4 policías  Teníamos un poco de miedito porqué íbamos con el coche hasta arriba de bultos y el perro, pensábamos que nos iban a parar a preguntarnos, registrarnos o algo. Nuestros ensayos de excusas y explicaciones se las tuvimos que dar a una máquina automática que nos dijo:
-Trois euro et vingt- metimos las monedillas que teníamos en una especie de bandeja, que chupó el dinero como una aspiradora y continuamos la marcha con una sensación de entre alivio por no tener que dar explicaciones y de sentirnos estafados por que no era una aduana como las de las películas ni los aeropuertos.

Camino de Angers, tras pasar la "frontera" nos dimos cuenta de que aquí deben cortar mucha leña, nos encontramos por lo menos con 25 camiones de esos, tipo destino final, llenos de troncos. Manu los adelantaba lo más rápido que podía porque le daban miedito. Paramos una vez más en una zona de descanso cerca de Burdeos. Durante todo el trayecto discutíamos que significaría eso de "rappel" que venía debajo de las señales de limitación de seguridad llegamos a la conclusión equivocada de que significaba "prohibido ir a más de..." y pensamos: "que apañados estos franceses todo lo que dicen con una palabra".

Tras salir del área de servicio, llamamos a JD para que nos diese el teléfono de Adrián. Eran las 22:30h, la previsión de llegada eran las 12 de la noche y teníamos muy claro que Manu y Jerry iban a dormir en su casa. Pero nada más lejos de la realidad.
JD nos dio el teléfono de Adrián, lo agregué a mí libreta de contactos y comencé a escribir por whatsapp. Su respuesta:
-Hola, no soy Adrián, me llamo Pablo, soy de Madrid y estoy hasta la polla de que me escriba gente de Sevilla y de Francia preguntando por Adrián-
Obviamente, nos pareció graciosísimo vacilarle un rato, pero el Karma decidió devolvérnosla  mostrando su poder ante Manu.

Añadimos el +33 al número que nos habían dado, nos pidió que le llamásemos a partir de las 23h, así que eso hicimos.
Manu conducía ajeno a la conversación que estaba teniendo por teléfono y empezó a mirarme con preocupación (obvia) cuando dije: -¡¿Que no se puede quedar?!- Me despedí educadamente y colgué el teléfono. Ahora me tocaba explicarle a Manu el asunto.
-¿Qué pasa?
- A ver como te explico, dice, que no te puedes quedar, que no tiene sitio.
Manu pensó que era una broma aquello que le estaba diciendo, pero mi gesto serio, le convenció rápido de que aquello no era una broma. Tratamos de arreglar un plan B, escribimos a Elena (otra persona importante de nuestra historia) que vive en la misma residencia que Bea contándole lo que había pasado. Tratamos de convencerla para que dejase a Manu y al perro entrar a dormir a su cuarto, sabíamos que era un poco locura, pero aún así lo intentamos.

Elena, que vino a recibirnos con Bea al aparcamiento de la residencia no accedió finalmente a nuestra petición. No quería arriesgarse a liarla y que la echasen de la residencia, era totalmente entendible. Manu estaba allí contrariado porque no sabía sí se la había jugado Adrián, JD, su propio hermano o si efectivamente había sido el Karma. De lo que sí empezaba a tomar conciencia era de que le iba a tocar pasar una noche en el coche.

En dos meses nos habíamos visto una semana así que me fui a dormir al cuarto de Bea.  Dejamos a Manu y a Jerry con varias mantas y almohadas en el coche, tras hablar sobre a que hora nos levantaríamos para empezar la búsqueda de piso con Juan (lo mencione antes, adelanto que es el tercer integrante del trío homeless, el resto lo dejo para la próxima entrada.)

Cerca de doce horas hacia nuestro destino final, Angers (recordad lo del destino final, porqué más adelante os contaré una semana rara rara). Dos desconocidos, 1100km, el bocadillo de albóndigas, mí reencuentro con Bea y una noche inesperada en el coche para Manu , fue lo que dio de si este peculiar viaje. 

Llevo tiempo sin saber nada del fin del mundo, sólo se que se acerca la fecha. Espero que nos avise, no vaya ser que aparezca y yo con estos pelos.




domingo, 28 de octubre de 2012

El bocadillo de la discordia

  Ha llovido mucho ya desde la última vez que me puse a aporrear el teclado para contaros alguna historia, pero la ocasión merece la pena.

Ha pasado bastante tiempo desde aquella noche de trabajo bajo las luces del barrio madrileño de malasaña. Tiempo en el que me han sucedido cosas buenas y cosas malas. No voy a entrar en lo malo, porqué no escribo para andar contando penas, pero si os voy a contar la última de mis aventuras.

 El día 24 de Septiembre de este mismo año me he embarcado en, de momento, la experiencia más importante de mi vida. Ese día, me subí al coche con Manu "El trota" Un ambientólogo, cantante de Rap y sevillano, pero de los güenos güenos...
Dos desconocidos, un labrador negro (Jerry) y 1100km  de carretera en un Seat Córdoba de principios de la década del 2000. La coctelera tiene todos los ingredientes para que la aventura empiece bien, y así fue.
Pero ¿que es lo primero que hacen dos desconocidos antes de embarcarse en una aventura de este calibre? Lo último que piensas antes de hacer tantos kilómetros en coche con un desconocido es que te vas a pasar 1h "jugando al tetris" jugando con todo el espacio que te deja un coche de esas características  restando el espacio del piloto, el copiloto y un perro de unos 30kg... Tampoco imaginé que mis primeras palabras con Manu (vamos a poner nombre al desconocido), más allá de las correspondientes presentaciones, fueran:" -déjame a mí que la meto mejor" o "-sí la damos la vuelta podemos meter las dos". Resumiendo, empezaba bien la cosa...

No voy a entrar en detalles minuto a minuto de lo que ocurrió durante el viaje, obviamente, al no conocernos  Manu y yo teníamos muchas preguntas el uno para el otro y mucho tiempo para responderlas. Aunque si me gustaría contaros alguna anécdota de este.
Como ya he dicho antes Manu canta rap, en mi opinión bastante bien, durante un momento del viaje decidimos poner su maqueta. Abrí la guantera y agarré el CD, lo introduje en la ranura y pulse el botón play. Mi sorpresa fue mayúscula cuando al escuchar la intro de uno de los temas tuve que preguntar sí aquel que cantaba era él. Manu respondió que si, mirándome un poco sorprendido por mi reacción.
-¿Que pasa?- Preguntó
- Esta canción la he oído yo, en el coche de un compañero de clase, volviendo a casa- respondí
Su rostro reflejaba una mezcla de sorpresa e ilusión, supongo que lógico, viendo que su trabajo está llegando más allá de lo que cabía esperar.

Pero la gran aportación del viaje fue la del bocadillo de albóndigas . ¿De verdad a la gente le parece tan raro un bocadillo de albóndigas? La historia fue la siguiente. Paramos a comer en una vía de servicio y obviamente no nos dejaron entrar al comedor con Jerry, así que Manu entro a ver que había  y me quede con el perro en la puerta. Después cambiamos las tornas, me dijo que quería un sándwich vegetal, asentí y entré a ver que tenían para comer. Cuándo vi las albóndigas  no dudé, sabía que esas albóndigas caseras, iban a terminar entre dos rebanadas de pan crujiente con su salsita formando así un bocado exquisito, digno de los más exigentes paladares.
- Hola, vamos a querer un sándwich vegetal y un bocadillo de albóndigas, por favor.- dije
- ¡¿Un bocadillo de que?!- contestó
La mujer rondaba la cuarentena y aparentaba haber trabajado en el establecimiento desde hace mucho tiempo, pero una cosa me dejó anonadado...
¿Cómo eres capaz de sorprenderte por un bocadillo de albóndigas y decirme lo siguiente?:
-Nunca me habían pedido un bocadillo de albóndigas, de lentejas si, pero ¿de albóndigas?, en la vida...
¡Y se quedó tan ancha!, Lentejas?? pero quien pide un bocadillo de lentejas, en serio  si has servido un bocadillo de lentejas no puedes sorprenderte y poner caras raras si te piden uno de albóndigas. Al final accedió a hacerme el bocadillo y salí fuera a contarle a mi compañero de viaje lo que había pasado dentro del bar. Pero la desolación se adentró en mí cuando me dijo que el tampoco había oído nunca lo del bocadillo de albóndigas. Pero todo se arreglo con una frase:
 -"Iyo", pídeme uno de esos que yo quiero probarlo- esta frase fue suficiente para darme cuenta de que Manu era de fiar.
Entré de nuevo al bar, abrí la puerta del local al más puro estilo western, los parroquianos miraban desafiantes, una melodía silbada sonaba en el ambiente. Avancé sin pensarlo dos veces, dos servilletas rodadoras se cruzaron en mi camino, pero daba igual, nada me iba a detener. Mi objetivo a unos 4 metros delante de mí secando un vaso me miraba con aires de superioridad detrás de esa barra metalizada.
-Hola otra vez, en vez de un sándwich vegetal, me pones otro bocadillo de albóndigas para mi compañero.- dije con gran seguridad. El vaso que sujetaba en su mano izquierda cayó al suelo y volvió a hacerse el silencio en el local.
-No moleste a la señorita- pronunció una voz misteriosa
Me dí media vuelta, armé mi revolver mientras aquel camionero se dirigía hacia mi sosteniendo en su mano derecha una botella rota por el culo. Después de varios minutos forcejeando por salvar mi vida y con ella mis ideales, conseguí disparar mi Peacemaker hiriendo de gravedad a aquel tosco camionero que quedó tendido en el suelo con la mirada clavada en mi rostro.
Colt45 conocido también como Pacemaker

Me dí la vuelta, no hizo falta pronunciar ninguna palabra. Temblorosa,la camarera tenía preparados nuestros bocadillos de albóndigas envueltos en papel de aluminio, los metió en una bolsa y me los dio.
Me acerqué a la mesa donde sentado, se encontraba aquel camionero, extendí mi brazo por detrás de su cabeza, alcancé el servilletero, agarré 6 servilletas que fueron directamente al bolsillo y salí por aquella chirriante puerta ante la atenta mirada de todos los asistentes a la escena.
- ¿Te han puesto algún problema por cancelar el sándwich vegetal?- preguntó Manu ajeno a esta historia
- ¿Problemas?, que cosas tienes...
Nos apartamos unos 100m hacia un descampado que había al lado, para comernos nuestros flamantes bocadillos mientras le tirábamos a Jerry la pelota. Volvimos al coche, salimos dirección Irún donde hicimos la siguiente parada, pero eso, ya es otra historia.

Vale. Lo confieso, tal vez haya exagerado un poco con lo del bocadillo de albóndigas, pero este es mi espacio y hago lo que quiero.

¿El fin del mundo? quizá se estaba ocupando de aquel camionero

miércoles, 17 de octubre de 2012

Madrugada en Malasaña

//Me ha costado volver tras el parón de red que ha supuesto mi mudanza y mi cambio de país , pero ahí voy de nuevo.//

  El no tener un puto duro hace que tengas que tengas que hacer cosas o actividades más económicas de las que habías pensado...en mi estado y sin trabajo estable, se me ocurrió hacer algo con el fin de observar como se está tomando la gente el tema del fin del mundo.

  Tras una noche de martes trabajando , en el barrio presidido por el club de las cerezas, pude sacar alguna conclusión:

  • Hay dos Pizzerias en la calle Fuencarral que abren 24h
  • Alguien se ha inflando a vender pañuelos palestinos.
  • El resto de europeos cuando beben gritan tanto o más que los españoles...
  El tema de las Pizzas es increíble  da igual que hayas cenado como un campeón, que como uno de estos clubes de alterne alimenticio estén abiertos, tu apetito renace como si no hubieses comido en 15 días y tu estomago acaba apoderándose de tus pies.

  Está claro que lo peor de trabajar en la noche entre semana es la vuelta a casa, sobretodo en invierno donde no solo tienes que lidiar contra el horario del transporte público sino que también contra el intenso frío
Lo que me parece digno de mención es el tema de los pañuelos palestinos, me pareció muy curioso tantos cuellos abrigados (o adornados) con esta prenda, parece que ha dejado de ser un símbolo para convertirse en un complemento como tantas otras cosas...
  Pero en fin, vayamos a lo que interesa .La gente sigue bebiendo, cantando, bailando y seduciendo. Gritando, charlando, fumando, follando (esto último como siempre, unos más que otros) y muchos otros gerundios más, inconscientes todos del gran acontecimiento que estamos a puntito de vivir.

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Y sí llega el fin del mundo, ¿que?... Da igual, no me pilla en casa.

P.D: esta entrada es del 21 de febrero, la he retocado y publicado ya desde Francia, así que espero ser un poco más regular (de tiempo, no de calidad) en mis entradas ;)





domingo, 1 de enero de 2012

El cosmos se ha ido de copas

Bienvenidos a 2012, bienvenidos a, como dicen algunos, el año del fin del mundo.
 Ayer empecé a poner en práctica mi estrategia para sobrevivir a este acontecimiento mundial al que no podemos faltar (para una vez que pasa algo interesante no nos lo podemos perder).

 Mi estrategia se divide en dos partes:

 En la primera hay que dedicarse a observar... a mi me recuerda a una felación a lo bestia, me explico... todos esperando señales del cosmos advirtiéndonos de que va a llegar su "fin del mundo", esperemos que el cosmos sea mujer, de lo contrario nos vamos a quedar con la boca abierta.
 Ayer me dedique a observar durante la noche, no fuese que nos diese una señal y me la perdiese... la verdad es que me llamó la atención una cosa

 Las mujeres siguen decidiendo utilizar esta última noche del año para deleitar y volver locos a los hombres. Nos muestran sus encantos con vestidos cortos y ceñidos que no insinúan, rebosan descaro y derrochan sensualidad. No contentas con seducirnos con sus ropas, esa noche viven un lap dance infinito solo detenido (durante unos instantes) por la fiesta pagana, tema muy utilizado en toda verbena o jolgorio que se precie. Además todo ello aderezado por una barra libre del dulce néctar del diablo en toda su gama desde el ron al whisky, pasando por el gin o el vodka, que te hace dar rienda suelta a tus instintos primarios y te lleva a cumplir incluso las mas ocultas fantasías.

La segunda fase de la estrategia es algo que me guardo para mas adelante, cuando haya sido capaz de recoger todos los datos durante el tiempo que haga falta.

Respecto a las señales del Cosmos... ninguna, estad tranquilos, seguramente se fue de copas.

sábado, 31 de diciembre de 2011

21 de Diciembre de 2012

Hola amiguetes...

Mi historia empieza aquí, justo un año menos diez días antes del famoso fin del mundo...

Unos, preocupados por el suceso rezan sus últimas oraciones, mientras empiezan a despedirse de familiares y amigos (y no tan amigos). He de decir, que afortunadamente estos son los menos.
Otros lo miran con recelo mientras pregonan abiertamente que todo son pamplinas, también los hay que están totalmente despreocupados y continúan con sus vidas normalmente, dentro de este grupo, los hay incluso que ignoran que los mayas profetizaron el fin del mundo...

A mí el tema del fin del mundo me ha venido a la cabeza justo después de perder mi segunda partida de Poker Online consecutiva, me acababa mi litro y medio de Nestea y empezaba a cocinar mi "cena especial de noche vieja".
No he sentido miedo, tampoco risa, ni tristeza...bueno, risa un poco, el caso es que lo que me ha venido a la cabeza ha sido: "Con lo importante que eres para el mundo con más de mil amigos de caralibro (y mas de 80 followers en Twitter), ¿como no vas a ayudar a todo el mundo hispano parlante (uno tiene sus limitaciones) a  que pase el fin del mundo lo mas dignamente posible? y después, si quieren, que se vengan de cañas con nosotros, que iremos a celebrar que hemos sobrevivido...

Habrá algunos que vengan, otros que no, otros trabajan y vendrán a las copas, incluso algunos llegarán a los churros, pero lo realmente importante es tener otra excusa para reunirnos y hacer de la ciudad nuestro patio de recreo.

Feliz fin del mundo, yo, ¡me voy de cañas!